sábado, 31 de marzo de 2012

Vencer perdiendo


Todos han ganado. Unos porque han obtenido más votos y más escaños y otros porque no han perdido tanto como se esperaban. Finalmente, hay unos terceros, que aun obteniendo muchos votos, no han obtenido un escaño por esta injusta y desigual Ley Electoral.
No voy a hacer un análisis de los resultados de las elecciones andaluzas y asturianas del pasado 25 de marzo. No voy a valorar si los ciudadanos andaluces o asturianos han decidido bien, mal o regular. Es su decisión. Lo que si voy a decir y criticar es que los dos grandes partidos que dividen España en dos bloques no hagan una autocrítica ni aun perdiendo votos, ni aun quedándose en la oposición.

Todos ganan. Ninguno pierde. Unos se pensaban que lo tenían todo hecho tras los resultados del 20N. Y los otros, creían que empezaba la remontada tras los peores resultados obtenidos en las últimas elecciones generales. Pues ni lo uno ni lo otro. Ni los unos ni los otros.
Lo que sí es cierto es que tanto los unos como los otros han perdido la confianza de los ciudadanos. Han perdido la confianza por mentirnos, por engañarnos, por usarnos, por no cumplir sus programas, por destrozar el país, por permitir la corrupción, por malgastar nuestro dinero, por separar, por dividir, por sangrarnos, por no querer soluciones, por no escuchar... Y esa perdida de confianza se traslada a la libre elección de los ciudadanos, dueños únicos de los votos, porque nosotros votamos lo que queremos.

Me extraña la actitud de los grandes partidos. Y mucho. En Andalucía están muy contentos, aun perdiendo votos, porque van a gobernar. Y en Asturias, ahora “quieren” al partido que han estado insultando y ninguneando desde el 2007. Solo buscan sus sillones. Solo buscan sus cuotas de poder. No quieren gobernar para todos y salir de la crisis. Eso no, ¿para qué?. Quieren mantener sus chiringuitos pasando por encima de quien sea. ¿Para qué hacer Gobiernos de coalición que saquen de la crisis no solo a andaluces y asturianos, sino a todos los españoles? Lo que es bueno para una comunidad autónoma, es bueno para el resto de España.Lo que nos une.

Lo que sí es cierto es que hay dos partidos que sí deben estar satisfechos por “sus” resultados electorales. Ambos crecen con solvencia y ese crecimiento no se ve reflejado en las diferentes instituciones debido a una Ley Electoral injusta y desigual donde se otorga más valor a unos votos que a otros en función del territorio donde se viva. Ambos, aunque ideológicamente en sus principales lineas políticas son muy distintos, tienen un punto en común que es la reforma de la Ley Electoral. Y ahora, ambos partidos, están en disposición para poder hacer algo. De uno tengo muchas dudas que lo ponga en la mesa a la hora de dar el sí en las investiduras. Del otro no tengo ninguna duda que lo hará. De esta manera, como dice la líder política mejor valorada: “si no cambian por convicción, cambiaran por ambición”, porque estos dos bloques solo buscan el poder, el sillón y les da igual todo lo demás.


viernes, 2 de marzo de 2012

(Ya te ) Pagaré


Uno de mis primeros trabajos, allá por mediados de los 90, era hacer pólizas de seguro de crédito. Cuando me presentaba a un cliente potencial para explicar cómo funcionaba el seguro, le decía que se hacía un estudio de solvencia de sus clientes y en función del resultado de ese informe por cliente se daba una cierta cobertura a las facturas (nunca se pasaba del 85%). Se aseguraban a casi todos los clientes, excepto a la Administración. Por aquella época se decía que no existía riesgo de impagados, que el peligro de morosidad era nulo y que siempre pagaban.

Ya hace unos años que no me dedico al mundo asegurador e ignoro si las políticas de estas empresas de seguro de crédito y caución han variado. Lo que sí estoy seguro es que estas compañías aseguradoras no darían informes positivos de solvencia de ninguna Administración.
Toda la Administración pública ha gastado mucho. Ha gastado sin control. Han despilfarrado todo el dinero público, que no olvidemos, es de todos los ciudadanos que tanto nos cuesta ganar. Toda la Administración, desde la más pequeña hasta la más grande, es cómplice necesario de esta grave crisis económica.
La Administración, como cualquier persona jurídica o física, debe cumplir con sus obligaciones. Debe cumplir con sus pagos. Debe pagar si o si a sus proveedores en un tiempo más que razonable, que en mi opinión no debe exceder de los 30 días. Actualmente, por ejemplo, en el Ayuntamiento de Zaragoza el plazo medio de pago de las facturas asciende a 168 días.

Todas las empresas, todos los autónomos, todas las personas vivimos de nuestros trabajos. Y si la Administración no paga, estas empresas, estos autónomos, los ciudadanos no podemos seguir con nuestra actividad.
Y esto es lo que está ocurriendo. Muchas empresas, demasiados autónomos han tenido que cerrar o cesar en su actividad debido a la falta de liquidez provocada por los muchos casos de impagos de facturas, entre ellas muchas de la Administración. Y si las empresas y autónomos “bajan la persiana”, los trabajadores “se van a la calle”. Y si éstos últimos son despedidos, deben reducir sus gastos y dejan de consumir. Y si no hay consumo, el dinero no circula con lo que otras empresas y autónomos, los cuales no trabajan para la Administración, tienen que cerrar porque no venden. Y si no se trabaja, si no hay actividad comercial, no hay consumo los ingresos por impuestos y tasas disminuyen. Y si no hay ingreso por impuestos, la Administración no obtiene financiación. Y así sigue este círculo simple, pero vicioso.

Lo que deben hacer los políticos que están al frente de todas y cada una de las distintas administraciones es ajustarse realmente el cinturón y dejar de “sangrar” a los ciudadanos. Se tiene que adelgazar la propia Administración con la eliminación de Diputaciones, comarcas, sociedades públicas, observatorios, fundaciones, agrupar Ayuntamientos, etc… Se tienen que hacer grandes, buenas y valientes reformas pensando en los ciudadanos y que perduren en el tiempo como la reforma laboral y financiera, revisar competencias, luchar contra el fraude fiscal, erradicar la corrupción y que los políticos de turno dejen de hacer obras faraónicas que no sirven para nada, salvo para aumentar el ego personal del político que lo inaugura. Y una vez hecho esto, entenderé, que suban los impuestos y las tasas para pagar una buena sanidad, educación y/o justicia. Pero lo que no entiendo es que nos pidan un sacrificio unidireccional para pagar los chiringuitos y los “rotos” de unos cuantos. 

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