Hace ya unos días deje el coche en el
taller para hacer la revisión de los 60.000 km. “¿Para cuándo
estará?”, pregunté. “En cuanto nos dé la autorización los del
renting, nos ponemos a ello y te llamamos” me respondió el
mecánico. Hasta aquí todo normal. La lógica relación entre
cliente y taller mecánico. Y así tendría que ser entre todas las
relaciones de cualquier ámbito. La confianza. Pues en ocasiones esto
no ocurre y la confianza que se deposita en los demás se rompe.
Al mediodía fui a hacer unas compras
y encontré mi coche aparcado en un centro comercial. Un trabajador
del taller se lo había llevado para “comprobar la pila de la
llave” y de paso, fue a hacer “unos asuntos” (como así me dijo
cuando le pedí explicaciones)
La mayor parte de las veces todo sucede
con normalidad. La confianza impera en las relaciones entre personas.
Pero siempre hay u ocurren estos pequeños casos de uso indebido de
lo ajeno, como el del mecánico empleando el coche que se está
revisando; como el del oficinista que se lleva folios de la empresa a
casa; como el del comercial que usa el teléfono móvil para uso
particular, etc... Son pequeños casos de corrupción que se
“aceptan” pero que también se deben denunciar y combatir.
Cada cuatro años, generalmente, hay
elecciones. Los partidos con sus políticos profesionales al frente
nos piden el voto, para según ellos seguir gobernando para los
ciudadanos. Pero lo único que quieren es mantenerse en el sillón de
sus chiringuitos a nuestra costa, dándonos más obligaciones y
pisoteando nuestros derechos con el objetivo de ahogarnos sin
dejarnos respirar y así poder hacer y deshacer a su antojo y
conveniencia. Y este hacer y deshacer usando lo común, usando
nuestros dineros (porque el dinero público sí tiene dueño) es lo
que hace que algunos de nuestros políticos sean corruptos. El
apropiarse de lo ajeno para beneficio propio o del partido es el
cáncer de la política española. Es la corrupción política.
Tengo que señalar que estos políticos
corruptos son los menos dentro de la excesiva y numerosa clase
política que tenemos en España (sobran políticos porque sobran
administraciones). Pero los políticos honrados, que los hay, también
son “cómplices necesarios”, y lo son porque no se rebelan desde
las bases de su partido permitiendo imputados en sus listas
electorales, desde las instituciones por no cambiar las leyes que no
sirven, desde las Cajas de Ahorro y/o Consejos de Administración de
Sociedades Públicas por no pedir responsabilidades a los malos
gestores...
Desde el 2007, cuando nació un pequeño
partido magenta liderado por Rosa Díez y “cuatro” más, la vida
política española ha cambiado de forma radical. El partido magenta,
siempre desde dentro y desde la legalidad, ha querido, quiere y
querrá cambiar las cosas. Queremos regenerar la democracia.
Creemos en que se puede hacer una política diferente. Una
política para servir al ciudadano, nos vote o no, y no servirnos de
él. No pedimos el voto, pedimos la confianza y si lo hemos hecho
mal, en las siguientes elecciones, que nos la retiren.
Este ex pequeño partido fue la
oposición con una diputada al último Gobierno Zapatero y ahora, con
cinco magníficos diputados, es la verdadera oposición al Gobierno
Rajoy. Es el partido que en Asturias no se ha dejado comprar. Es el
partido que en Euskadi defiende con uñas y dientes la Constitución.
Es el partido que en la Asamblea de Madrid defiende la igualdad de
todos los ciudadanos frente a los privilegios de los cargos públicos
electos. Es el partido que con los cientos de concejales, y una
Alcaldesa, repartidos por los distintos Ayuntamientos de España
defienden lo que nos une. Es el único partido que con los escasos
recursos que tiene, interpone una querella a los consejeros de Bankia
y que tal día como el 4 de julio de 2012, la Audiencia Nacional, con el juez Fernando Andreu al frente, ha aceptado
a trámite la #querellaBankia, imputando a 33 consejeros, entre ellos
Rato, Acebes u Olivas y ha llamado como testigos a Miguel Ángel
Fernández Ordoñez.
Este partido es UNIÓN PROGRESO y
DEMOCRACIA.
P.D. Fui a hablar con el jefe del
taller para quejarme del uso indebido de mi coche y me dijo: “Lo
siento mucho. No volverá a ocurrir. Hablaré con el mecánico” (y
no es broma)
Puede pasar una vez si me piden disculpas (y el jefe me llama para decirme que ha despedido al mecánico abusón), y seguiré usando ese taller si es bueno y barato; pero si pasan de mi queja y no toman medidas y me vuelven a usar el coche otra vez cuando lo deje en el taller, no vuelvo a ir a ese taller. Así, un político puede equivocarse una vez, pero si reincide y su partido no toma medidas ya no me vale, y así deberíamos actuar todos, y entonces otro gallo nos cantaría. Saludos.
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